Víctor Frankl, un sobreviviente de los campos de concentración, sintetizó bien el poder de elegir el propio comportamiento ante un drama que no se puede cambiar.
"Todo lo que amamos se nos puede arrancar; lo que no se nos puede quitar es el poder de elegir que actitud asumir ante estos acontecimientos".
Quien está golpeado por un duelo puede elegir: sentirse víctima de los acontecimientos o desarrollar una actitud de sano realismo.
El pasado no se puede cambiar; pero se puede comenzar a obrar hoy con valentía y buena voluntad, a hacer lo que no se hizo ayer.
La muerte de una persona querida, a veces tiene el efecto de liberar en los sobrevivientes esa parte de si que nunca fue vivida.
En las fases iniciales es necesario tomar "pequeñas decisiones" que permitan a la persona despertar y ganar confianza en sí misma.
El desafío concreto es el de restablecer un ritmo cotidiano de manera sencilla, decidiendo las actividades por desarrollar.
Estas "pequeñas decisiones" permiten a las personas volver a sumergirse en la vida para construir un nuevo proyecto de vida.
Las grandes decisiones es necesario postergarlas hasta haber alcanzado más serenidad y equilibrio.
" Se paciente con todo lo que queda sin resolver en tu corazón.
Trata de armar incluso tus preguntas. No busques las respuestas que no se te pueden dar porque no las puedes vivir. Vive todo.
Vive tus preguntas porque tal vez, sin notarlo, estás gradualmente elaborando las respuestas".
miércoles, 18 de mayo de 2011
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