Porqué estamos aquí...

Aunque no queramos aceptarlo, el fin de la vida es un paso inevitable...

Antes o después, cercano o no, la partida de nuestros afectos nos sumerge en un punto de angustia muy difícil de superar.

Este espacio fue creado por un grupo de supervivientes a la pérdida, que desean compartir sus vivencias y, porque no, ofrecer su experiencia para que aquellos que no encuentran paz y tranquilidad al estar sumidos en la angustia, puedan ver una luz de esperanza a su sufrimiento.

Gracias Padre Hilmar Zanello por sus maravillosas enseñanzas, su incondicional apoyo espiritual y por enseñarnos que transitar por el camino del dolor, con profunda fe, nos da las fuerzas suficientes para sentir la presencia de Dios que nos acompaña, nos sostiene e ilumina nuestro camino con la esperanza puesta en la Resurrección. Nuestro eterno agradecimiento. Equipo Pastoral.

Música

viernes, 17 de septiembre de 2010

CARACTERÍSTICAS

ES INEVITABLE: Si se acepta el duelo como una comprensible y humana respuesta a una pérdida o separación, se deduce que en cierto modo, estamos siempre en duelo aunque no clínicamente deprimidos. Las pérdidas están constantemente presentes y deben afrontarse. Una condición indispensable para el crecimiento es el cambio y éste no sucede sin separaciones y toda separación produce reacciones más o menos atenuadas de duelo. Se concluye que el duelo es una dimensión necesaria de la vida.

CONLLEVA SUFRIMIENTO: El único modo de salir de él es atravesarlo. Quien lo elude posterga y prolonga el dolor. En la elaboración del duelo, la palabra clave es "proceso" no progreso o mejoría.
La reacción ante una pérdida incluye altibajos, regresiones, recaídas, no sólo mejorías. Lo importante es que la persona esté en movimiento y no permanezca inmovilizada por el dolor.

ES PORTADOR DE CRECIMIENTO: No se puede crecer sin sufrir. La vida es una sucesión de adioses y separaciones. Mientras una persona no haya integrado la conciencia de la separación y de la propia muerte, no vive libremente.