ES INEVITABLE: Si se acepta el duelo como una comprensible y humana respuesta a una pérdida o separación, se deduce que en cierto modo, estamos siempre en duelo aunque no clínicamente deprimidos. Las pérdidas están constantemente presentes y deben afrontarse. Una condición indispensable para el crecimiento es el cambio y éste no sucede sin separaciones y toda separación produce reacciones más o menos atenuadas de duelo. Se concluye que el duelo es una dimensión necesaria de la vida.
CONLLEVA SUFRIMIENTO: El único modo de salir de él es atravesarlo. Quien lo elude posterga y prolonga el dolor. En la elaboración del duelo, la palabra clave es "proceso" no progreso o mejoría.
La reacción ante una pérdida incluye altibajos, regresiones, recaídas, no sólo mejorías. Lo importante es que la persona esté en movimiento y no permanezca inmovilizada por el dolor.
ES PORTADOR DE CRECIMIENTO: No se puede crecer sin sufrir. La vida es una sucesión de adioses y separaciones. Mientras una persona no haya integrado la conciencia de la separación y de la propia muerte, no vive libremente.
viernes, 17 de septiembre de 2010
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